Flotar y sentir que tu cuerpo es ligero, es una sensación única.
El agua nos abre sus puertas y nos permite despojarnos del peso tanto físico como emocional. Un ejercicio de liberación físico a priori, que conlleva una reacción de alivio y limpieza emocional. Somos conscientes de como nuestro cuerpo fluye, y de como nuestras emociones lo acompañan liberándose, formando parte de un todo mágico, y recordándonos lo que ya dijo Costeau: «El agua de mar de mis células reacciona recordándome que soy mar y que el mar está en mí».
Por un instante el cuerpo se siente parte del agua, dejamos de pesar y pensar, Nuestros pensamientos terrenales dejan de pesar, aflorando y fluyendo las emociones sin poder contenerlas. Esto es fluir…soltar el lastre y sentirnos.
Mente y cuerpo en un todo, son conscientes en ese mismo instantes de una liberación. Un momento de lejanía con todo y de unión contigo mismo/a.
Una experiencia en la que ejercitamos la capacidad vaciar lo que no nos pertenece, y recordar la esencia de sentir en LIBERTAD. Una esencia, que vamos perdiendo con el tiempo, en un mundo que nos aleja de nosotros mismos y nos carga de condiciones para no sentir.
ANITA
FOTO: Caribbean Yoga Retreats